lunes, 22 de octubre de 2012

Arboles heridos





Partes del tronco de un árbol (foto de la red)               



Es un buen esquema del tronco de un árbol.  El Floema (3) y la Peridermis (4), forman parte de la corteza, una interior que es el floema y otra exterior que es la peridermis, la exterior protege al árbol de los agentes exteriores.

El floema o corteza interior, además de fabricar la corteza exterior, acarrea el alimento fabricado por las hojas hacia las raices, tronco y ramas del árbol.

El Cambium es una delgada capa que fabrica hacia dentro y hacia fuera del árbol, es decir genera células vitales en los dos sentidos.

El Xilema tiene a su vez varias divisiones, pero para no cansar les diré que la parte interna del árbol, el centro del tronco la compone una parte inactiva del mismo, (duramen) que es el soporte de la estructura. 

La parte más externa (albura) tiene doble misión, además de sostener la estructura del árbol junto al Duramen, acarrea o transporta sales minerales y agua desde el suelo a las hojas.

Por tanto lo más sensible del árbol no está en el centro de su tronco sino en la parte más externa del mismo.


Y les cuento todo esto para que vean lo terrible de las imágenes que vienen.















Las fotos anteriores, se tomaron en septiembre, en un polígono industrial de una ciudad española (de momento). Su autor me las remitió porque le llamó la atención que en la única hilera de plataneros, Platanus hispanica,  que había en la calle y a la altura del pecho, todos los troncos tenían una marca que los rodeaba.

Es como si el ignorante con un objeto cortante hubiera pelado su corteza.

Como no venían imágenes de las hojas, le pedí que me mandara imágenes de la copa de los plataneros. Es lo que ven ustedes.

A estos árboles los han sentenciado a una muerte lenta e indigna, es como si hubieran cortado parte de sus venas y eso los agotará.
El personaje que hizo esto. seguramente no pretendiera semejante mal, tal vez solo quisiera hacder un homenaje a un amor platónico o real, como esos que tatúan estúpidamente corazones y nombres en los troncos de los árboles con un "Pili te quiero" que sólo perdurará en la herida del árbol.

El hombre que dicen, es el ser más inteligente de la creación a veces se muestra como el más necio de la creación.

Las ciudades necesitan árboles, los necesitan imperiosamente, los necesitan para ahorrar energía porque atemperan, los necesita para limpiar la contaminación que nosotros provocamos, si hay árboles cerca de nuestra casa ésta se revaloriza. La inversión que la comunidad hace plantando y manteniendo sus árboles de ciudad en perfectas condiciones se ve recompensada de forma irrebatible. 

Luego hay otros parámetros inmensurables, su belleza,  el optimismo que nos dan, sus buenas energías...

Y si son necesarios en las ciudades ya ni les digo en los polígonos industriales donde no suele verse ni macetillas de geráneos. 





Sin palabras. (foto de la red)


En lo que podamos, en lo que esté en nuestras manos, cuidemos a esos amigos silenciosos llamados árboles,  porque si no lo hacemos los acabaremos llorando seremos nosotros.





Platanero (foto de la red)



Para quedarnos con un buen sabor de boca y la esperanza, comparen lo que pudo ser esa calle con sanos y fuertes plataneros.

4 comentarios:

  1. Hola Paloma, magnifico reportaje de como los humanos hacemos el burro con lo que deberiamos cuidar para que a la vez nos cuiden ellos a nosotros, saludos desde Bcn, 2-6-6

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  2. Gracias Pedro, ojala todos comprendieran como tú, cuidarlos para que nos cuiden, fíjate que sintético y qué ético.
    Reconocimiento al cuadrado.

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  3. Estimada Paloma, sin duda la información que aportas debería estar escrita, y de forma muy presente en las escuelas, para que los niños supiesen desde pequeños el daño que se hace cuando se maltrata a los arboles en la corteza exterior pensando de modo ignorante que el corazón del árbol esta en lo más profundo de su tronco.
    Tengo algunos arboles en un campo, y comprendí esto que explicas, cuando los conejos que pululan por esa zona, comían de la corteza de los mismos, provocando un importante daño que aparentemente en principio parecía como algo superficial.
    Felicitaciones por estás entradas tan didácticas.

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  4. Muchas gracias por tu comentario, Manolo. Sí, la verdad es que si observamos con atención, la propia naturaleza nos explica qué le ocurre. Cuando yo vivía en el campo, tenía un pequeño jardín, las hormigas "roían" los tallos de los cosmos casi a raiz de tierra y los pobres languidencían hasta la muerte, por más que estuvieran perfectamente tiesos.
    Saludos y hasta pronto en tu blog.

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