domingo, 30 de marzo de 2014

La madera que me acunó








Cuando la familia de los homínidos comenzó a tejer su propia historia, es decir, la nuestra ya que el único superviviente de esta especie de primates superiores, es el homo sapiens al que ustedes y yo pertenecemos, las madres acarreaban a sus bebés a cuestas. 

Poco a poco debieron adoptar sistemas para transportar a sus hijos de forma más cómoda y posiblemente unirían trozos de piel para liarse el niño a su cuerpo en rudimentario Mei Tai.

Este práctico y amoroso sistema de traer y llevar al bebé sigue estando de moda, tal vez porque es excelente en su sencillez.






Mei Tai o portabebé de tela.  Imagen de la red.


Tanto dá que lo lleve la mamá
o el papá (imagen de la red)


Sin embargo conforme nuestros ancestros se volvían progresivamente sedentarios, llevar constantemente el niño a cuestas no debía ser muy cómodo, por lo que se tuvo que imponer la forma de dejarlo en lugar seguro y cerca de la madre. Y de esta necesitad tuvo que nacer la cuna.



Recreación de cuna primitiva. (imagen de la red)


Cesto cuna de Moises. (imagen de la red)




Las primitiva formas de cunas tuvieron que ser muy rudimentarias, cestos hechos con juncos, hamacas pequeñas hechas con telas o pieles fuertes, asidas a estacas o a la pared y finalmente tuvo que venir la primera cuna de madera. 

La madera se ha ido imponiendo entre las civilizaciones "avanzadas" (entenderemos por avanzada lo estereotipadamente aceptado para no entrar en polémicas aunque sea conmigo misma)

Desde aquella primera y remota cuna de madera de hace unos 5000 años a las actuales no hay tanta diferencia en lo fundamental aunque sí en la estética.



Cuna del Antiguo Régimen. Imagen de la red



Cuna azul. Imagen de la red.

Cuna tipo barco. Imagen de la red.

Cuna del pasado siglo en blanca. Imagen de la red.

Cuna de cerezo. Imagen de la red.

Cuna napoleónica. Imagen de la red.

Cuna de nogal. Imagen de la red.

Cuna de pino. Imagen de la red.

Cuna de teca, actual, en venta en la web que puede verse.

Cuna de pino imitando un modelo antiguo.


Cuna bajo medieval.

Cuna principios siglo XX

Curiosa cuna redonda .


Cuna balancin.


Como han visto las modas, gustos y clases sociales ha influido en las cunas para bebés desde siempre.

En el futuro las cunas con algunas sofisticadas modificaciones, más o menos útiles, seguirán siendo las mismas

Esta cuna resulta muy bonita y cómoda para la madre. Imagen de la red


Hecha de madera suspendida a un pedestal.

Diseño de Dripta Roy, exterior de polietileno e interior de madera. 
Según la web donde está la imagen,
la cuna es muy cómoda para el bebé y para los papás. (¿¡!?)



Salvo las cunas que están hechas todas de metal, que ciertamente no hay tantas, el resto, incluso esas de ultima generación y de tan bonita estética, cuya utilidad está por ver, tienen en la madera su hilo conductor.

Maderas de uso más elitista como el cedro, caoba, ébano etc y otras más populares como el pino, han servido y sirven para acunar nuestros primeros sueños por esta vida. 

Dejar la cuna para pasar a la cama es un paso importante que significa dejar la feliz vida de bebé y comenzar a tener obligaciones vitales como es ir al colegio.

Un recuerdo que nunca se me ha ido de la mente es aquél lejano día en que sin yo saber por qué, me quitaron mi cuna y se la llevaron. Me recuerdo llorando detrás de alguien muy alto que sacaba la cuna plegada para pasar por la estrecha y altísima puerta del comedor. Por mucho que yo lloraba y quería perseguir al ladrón de cunas, alguien me retenía intentando consolarme. Contaba yo poco más de tres años.

Y comencé a dormir en una cama enorme, bajita, que no se balanceaba y que estaba en un rincón del cuarto. Ya no había amorosos barrotes que me retuvieran y me dí buenos porrazos hasta que aprendí a darme la vuelta si ir a visitar el suelo del dormitorio.

Al cabo de los años la volví a ver, perfectamente plegada y colgada en un cuarto de mi casa. Me alegró verla y comprobar que aunque ya no pudiera usarla seguía conmigo.

Con el paso de los años, esta cuna ha visto mecerse en ella a varios primos y a mis dos sobrinos. Con ellos se volvió a repetir la escena de retirada de cuna y cambio por cama grande. 

Tras esos nuevos usos la cuna azul, siempre ha estado pintada de azul, ha vuelto a mi casa y conmigo sigue, plegada y en perfectas condiciones de uso.

En comparación con las cunas actuales es asombrosamente pequeñita y ningún niño la ha usado más allá de los dos años.  Será verdad que la media de altura va aumentando.

Con certeza no se de qué madera está hecha pero lo más probable es que sea de pino.

En este tiempo ha visto cambiado sus pies que podían balancearse por unas ruedecillas que mi hermano colocó para que pudiera ser más fácil moverla de un lugar a otro. El resto sigue exáctamente igual.

Aquí les dejo tres imágenes de mi cuna, tomadas hace un año cuando arreglé el trastero y la bajé para limpiarla y colocarla de nuevo a la espera de poder mecer los sueños de otros chiquininos.





No hace mucho estuve en Elvas, Portugal, ciudad Patrimonio de la Humanidad, con motivo de una feria que reacreaba aspectos de la vida en los desiertos del Magreb. En una jaima se exponía lo que viene a ser el día a día de sus moradores y me sorpendió ver una cuna de madera como si acabaran de sacar a su diminuto morador.

Interior de una jaima del desierto,
Foto P. Iglesias


Entre la multitud de cosas que le debemos a los árboles, he querido exponerles una de las más bonitas y tiernas, hacerse cuna para que duerman y sueñen, lo mejor que tiene la humanidad: sus bebés.

3 comentarios:

  1. Hola Paloma, buena colección de cunas, alguna debe ser una pesadilla dormir en ellas, buen repor, saludos

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  2. Hola, Paloma.

    Me ha encantado este reportaje sobre las cunas. Siempre te superas.

    Un abrazo de Tantalillo.

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  3. En casa del abuelo hay una cuna parecida a la tuya. Pero siempre la he visto plegada y colgada.

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