martes, 10 de abril de 2012

Filigrana rota.










Esta rama de cinamomo, no estaba en el lugar adecuado. Un par de causas la condenaban. La primera la sorteó ella misma haciendo una filigrana, propia del mejor arquitecto, para evadir un obstáculo y alcanzar la luz. Pero la segunda no dependía de si misma. Por estar en una zona con proyectos de ajardinamiento o similar, el seto bajo el cuál nació el cinamomo tenía asegurada su existencia y no así, la multitud de jovenzuelos leñosos que brotaban sin cultivo.






El primer ataque que tuvo esta filigrana vegetal, vino de la mano de un inculto que con la brutalidad propia, tronchó sin miramientos la rama que crecía en horizontal y vertical.






El segundo fue la siega, corta o tala profesional de todas las ramas que "dañinamente" competía con el arbusto de jardín, que tampoco tiene una vida fácil, emergiendo en un pedregal a la vera de un lugar de citas de botellón. 

Es para reflexionar...

2 comentarios:

  1. Hola Paloma, un ejemplo de supervivencia muy bueno, lastima que la rama no conto con que hay seres que se llaman a si mismos inteligentes, un saludo Pedro

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  2. Gracias Pedro, estamos de acuerdo ante el asombro de ver lo que hacen algunas veces, los que nos tildamos de inteligentes.

    Saludos

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