miércoles, 15 de febrero de 2012

Él no vino solo (III y último)


Debe ser algo parecido a lo que sienten los animales encerrados, lo que, de vez en cuando siento yo y que me impulsa a ir al campo para poner los pies sobre la Tierra, olfatear el aire y sentir... Esto me pasa a raíz de venirme a vivir a la ciudad, en el campo jamás tuve esa necesitad.


El pasado mayo de 2010 me ocurrió y, al regresar di un rodeo por pasar por una antigua carretera de irregular firme y poco frecuentada, mis preferidas no tanto por lo primero sino por lo segundo. El impacto visual nada más enfilarla fue brutal... los eucaliptos que la escoltaban, practicamente en todo su discurso estaban … en realidad no sé cómo estaban, ustedes ven las imágenes.








Me acerqué a lo que quedaba de ellos, observando las cicatrices de sus troncos, las formas tan sugerentes que tenían, lo que me explicaban...








Fueron ellos los que me hicieron comprender lo injusto de mis prejuicios.

Troncos de ucaliptos, las imágenes están sacadas de un vídeo que tomé.



Es cuestión de dónde y cómo se siembran, es cuestión de aplicar realmente el desarrollo sostenible que implica primero el respeto a la Tierra, porque ella es la que nos permite vivir, una ecuación palmaria, que por lo visto no lo es tanto para según quienes.


Buscando información para contarles con un mínimo de coherencia este relato he visto fábricas de celulosa y extensísimas plantaciones de eucaliptos en Uruguay. Me he preguntado dónde habrán ido a parar aquellas fábricas cuyos vertidos hoy (por lo menos esas no) no contaminan el Guadiana.

Desarrollo sostenible no es cambiar fábricas contaminadoras de un lugar a otro, porque tanto da que contaminen el río Guadiana o el río Uruguay.

Para finalizar con una sonrisa, les cuento. Escuché que los ecucaliptos son los árboles del silencio porque pocos pájaros se tratan con él.

Claro eso es aquí, porque en las antípodas, en sus tierras de origen una preciosidad alada se alimenta de él, no se me ocurre una relación más íntima con un árbol.




Lathamus Discolor (ambos fotos de la red)










6 comentarios:

  1. Hola Paloma, menuda bestialidad han hecho con esos arboles, a nadie se le cae la cara de verguenza con eso?, te felicito un reportaje en el conjuto que me ha enseñado muchas cosas que no sabia de esos arboles, un saludo
    Pedro

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  2. Pedro ya veo que te han impactado las imágenes a pesar de que su calidad no es muy depurada.
    Muchas gracias Pedro y un saludo

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  3. Las caras q se ven son pintadas?

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  4. No están pintadas, son, o bien formas de los nudos de la madera, o bien heridas que le han hecho al manipularlos, tal vez, de forma violenta.
    Gracias por su interés.

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  5. La verdad es que son imágenes que no dejan indiferente..una estampa un tanto desoladora. Me ha gustado mucho lo que has expresado en la entrada

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  6. Muchas gracias Gema, contar contigo es muy importante para mi, porque tú eres el presente del futuro. Ciertamente siento mucho pertenecer a una de las generaciones que os deja tantos problemas medioambientales y lo siento precísamente por eso.
    Muchisisismas gracias Gema!!!

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