martes, 2 de febrero de 2016

Palo Borracho o Chorisia

Palo borracho en un jardín público. (Foto P.Iglesias)


Río Pilcomayo, que viene a significar río de los pájaros, es un largo río de más de 2400 kilómetros, perteneciente a la Cuenca del Plata. El Pilcomayo contempla riveras bolivianas, donde nace, argentinas y uruguayas donde termina por atarquinamiento, es decir tragado por la tierra.

Pilcamayo conoce y sobre todo conoció muchos pueblo indígenas y sus diferentes culturas y cotumbres. En zona de la actual Argentina, indígenas tomados de la mano daban vueltas al tronco de este árbol, a la vez, musitaban acompasadamente canciones que bien pudieran ser letanías sagradas. A veces levantaban sus ojos y bien abiertos miraban al astro rey en claro desafío. Una vez terminado su rito, se acercaban al Pilcamayo para lavarse concienzudamente sus rostros.

Otras tribus, dentro de la misma cuenca, consideran a éste árbol un ser divino que cuenta en su tronco la vida de la mujer. Cuando es jóven, su tronco es esbelto con el paso del tiempo se redondea y en su plena madurez adopta formas de matrona generosa, que la convierten en madre pegada a la tierra.

Y hay una leyenda que justifica la aparición del árbol en esta parte del mundo.
En los albores de la vida humana, cuando la misteriosa a la par que caprichosa  Luna era considerada una diosa, existió un pueblo de valientes guerreros y bellas mujeres. De entre todas, una joven destacaba por la delicada belleza de su alma y de su cuerpo. Enamorada de un valiente guerrero, sólo para él tenía sentimientos de amor, estaba próxima su unión, cuando su tribu inició hostilidades bélicas con otra próxima por motivos que la leyenda ni cuenta.
Antes de partir a la guerra, la joven prometió que fielmente le esperaría.  No volvió el valiente guerrero, vino la noticia de su muerte.
La joven desesperada, llorando sin consuelo, se internó en el bosque y allí se dejó morir.
Al cabo de unos días sus parientes lograron encontrar su cuerpo, al intentar llevárselo vieron con asombro que parte de sus piernas y brazos se habían convertido en raíces que se hundían en la tierra. Asustados salieron corriendo y volver una vez tranquilizados. Sin embargo no se encontraron ya el cuerpo de la muchacha, en su lugar un esbelto y precioso árbol cuajado de flores blancas se elevaba al cielo. Cuentan que aquel árbol era la joven y que aquellas flores blancas eran las lágrimas y suspiros que derramó por su amor.

No son las únicas historias que en torno suyo aglutina el Chorisia, solo las que más me han gustado.


Chorisia en jardín público (Foto P.Iglesias)




También conocido como Palo Borracho, por la forma de tónel que su tronco puede adquirir, el Chorisia spaciosa (flores rosas), insignis (flores amarillas) o pubiflora (flores blancas) que así pueden llamarse según la especie, pertenece a la familia de las Bombacaceae, familia a la que pertenece otro árbol sagrado; el Baobab, del cual hablaremos en algún momento del futuro.

Oriundo, como hemos explicado, de Sudaméria, Brasil y noreste de Argentina, se cultivaba antes de la llegada de los europeos para sacar la lana y aceite de sus frutos, sogas de sus cortezas, canóas de sus tronco. Es caducifolio, su porte está entre los 6 y los 25 metros de altura.



Detalle del tronco apreciándose su abultamiento. (Foto P.Iglesias)


El tronco es verdoso o gris verdoso, liso y con fuertes espinas cónicas de respetable tamaño. Ese color verde está asociado a la clorofila que contiene ya que el propio tronco realiza labores de fotosíntesis, una pecualiaridad de éste árbol.

 En los ejemplares más vetustos el tronco se engrosa pronunciadamente, dándole cierto aspecto de  botella, por lo que también se les conocen como "árbol botella". El Chorisia pubiflora (flores blancas) es el que tiene el tronco más abultado, el crispiflora (flores rosadas) el del tronco más fino y el insignis (flores amarillas) está entre los anteriores

Por árbol botella también se conocen al los Brachinchiton al que le dedicamos una de nuestras hojas.

En los Chorisias  el engrosamiento del tronco les sirva pra almacenar agua y poder resistir meses de sequía.

De la corteza del tronco se pueden obtener sogas y cuerdas.

La madera del paloborracho, tradicionalmente se emplearon para hacer canoas por parte de los habitantes de las tierras de dónde provienen estos árboles. En la actualidad se fabrican toneles y otros utensilios.

Foto: P. Iglesias

Foto: P. Iglesias
Lo primero que me llamó la atención fue su tronco verde cubierto de espinas. Me extraño mucho porque las personas que nos sentimos atraidas por estas criaturas gozamos acariciando su tronco y el tronco joven del primer chorisia que ví, totalmente cubierto de estos punzantes aguijones no invitaban a la caricia.


Foto: P. Iglesias

En las imágenes anteriores se aprecia perfectamente los aguijones cónicos de tronco y ramas (Foto P.Iglesias)

Foto P.Iglesias




Hojas

Las hojas son alternas y palmaticompuestas (subunidades o foliolos que nacen todos de un apice o peciolo común)







Las flores  son hermafroditas(compuestos femeninos y masculinos), tienen el cáliz acampanado, sobresaliendo una larga columna estaminal.

Dependiendo de la especie de Chorisia, sus flores pueden ser blancas (Chorisia pubiflora), amarillas (Chorisia insignis) o rosa palido (Chorisia crispiflora).

Las flores del Chorisia espaciosa, son tricolor en el esterior rosas y en el interior blanca y amarillas.

El néctar de las mismas sirve de alimento a los colibríes.

Aquí pueden apreciar la disposición palmaticompuestas de las hojas. (Foto P. Iglesias)

Detalle del hermoso interior de la flor del paloborracho. (Foto P. Iglesias)


Florecen a final del verano y principios del otoño.


Flor hermafrodita, pueden apreciar la campana formada por el cáliz y la larga columna estaminal. (Foto P.Iglesias)

Flor marchita (Foto P.Iglesias)

Detalle de la columna estaminal de la flor del paloborracho. (Foto. P.Iglesias)






Aquí se aprecia mejor la disposición palmaticompueta de la hoja. (Foto P. Iglesias)



Foto: P.Iglesias





Frutos inmaduros. (Foto: P.Iglesias)

Fruto.

El fruto se una cápsula o vaina ovoide, que contine en sus 20 cm de largo, semillas redondas rodeadas de una fibra algodonosa, con la que se hacen almohadas, cojines, colchas... Razón por la que también se le conoce como Árbol de la Lana.

Cuando están tiernos sirven de alimento a las cotorras.

Las semillas del fruto dan aceite tanto para uso doméstico como industrial.





Foto: P.Iglesias



Foto P.Iglesias


Foto: P.Iglesias


Foto P.Iglesias


Foto P.Iglesias






Chorisia crispiflora. (Foto P.Iglesias)