El Árbol de la Seda Persa, Árbol de la Seda Rosa, Mimosa, Acacia de Constantinopla, Árbol durmiente, ...
De sus usos, el de jardinería es el más corriente en nuestros pagos.
Resultó especialmente estimulante encontrarme con el precioso y delicado Árbol de la Seda como compañero de trabajo.
¡oh la la! que diría un francés
ooooOoooo
Albizzia Julibrissin, es su nombre científico, oriundo de Asia y llegó a Europa en el siglo XVIII, un siglo muy adecuado para su rococó estética.
No es muy alto de 5m a 12m, sus hojas, caducas, se cierran durante la noche y cuando llueve, de ahí que en el lejano oriente se le conozca como el Árbol Durmiente. Las hojas son bipinnadas, quiere decir que se alinean simétricamente en pares de pinas, como hojitas dentro de sus largas hojas.
Sus flores son tan originales como delicadas y bellas, bien parecen un ramillete de hilos de sedas compuestos por sus larguisimos estambres, dispuestos en delicioso "bouque".
Encuentro que tanto sus hojas como sus flores, con su exotismo oriental, ayudan a darle ese aspecto frágil, delicado, elegante como parasol pintado por Jean-Honoré Fragonard, Antoine Watteau, o Francois Boucher, cobijando la pálida belleza de las damas francesas en sus tardes de columpios o de paseos a Citerea.
Me alegra encontrarlo en el cementerio de mi ciudad, rompiendo con el monopolio del ciprés, donde saqué las cuatro fotos precedentes, con un cielo límpio y azul.
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Resistente, poco exigente en tipos de suelo siempre que estén bien drenados, tampoco es muy exigente en agua. A pesar de ello agradece sutilmente los cuidados.
Y nos sorprende, a mí desde luego. Sus hojas y sus estambres tienen uso culinario. Y sus flores tienen propiedades carminativas (para los gases), digestivas, sedantes, tónicas, vermifugos (para las lombrices) y cicatrizante.
Una vez más la Naturaleza demuestra lo bella y pragmática que es y yo tengo la suerte de disfrutarla en forma de un compañero de trabajo llamado Albizzia Julibrissin.
Todas las fotos que aparecen son de la autora que autoriza su uso exclusivamente para el bien de los árboles.