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miércoles, 23 de julio de 2014

El Árbol de los Chupetes


Esta entrada va en recuerdo de las madres, la mejor la mía está claro. Luego para todas aquellas que lucharon, luchan y lucharán por dar lo mejor que tienen a sus hijos.


Foto de la red.

Cuenta la leyenda urbana que circula por la red, que hará uno 30 años en el parque de Skansen, Estocolmo (Suecia), a unos jardineros se le ocurrió la idea de colgar los chupetes que se encontraban en un árbol. 

De aquel hecho fortuito ha nacido El Árbol de los Chupetes. La utilización de este recurso para que los niños dejen de buen grado su chupete, tuvo que ser una madre, o como mucho de alguna "tita" imaginativa, la que viera la oportunidad de resolver el a veces dramático, adiós al chupete.


Foto del parte de Skansen, tomada de la red.

Ya fuera el hada de los chupetes, el duende de los árboles, o las ardillas invisibles, buenos eran para quedarse con el chupete del niño, que además, podría visitarlo hasta que poco a poco se olvidara definitivamente de él.



Foto de la red.

Foto de la red.



Foto de la red.


En España son varias ciudades (Sevilla, Ávila, Badajoz, ) las que han adoptado la idea dedicando un árbol de alguno de sus parques a este bonito fin.


Foto de la red.




Foto de la red.



Foto de la red.



Foto de la red.


Aquí les presento el Árbol de los Chupetes del Parque de Castelar en Badajoz, que se inauguró en abril de este año. Actualmente son ya varias docenas  de chupetes las que cuelgan de sus ramas.

Foto P. Iglesias

Es una costumbre entrañable a la que los padres deberían añadir alguna palabra de elogio y reflexión hacia ese Espíritu de Árbol que se deja enlazar chupetes entre sonrisas y lágrimas. 



Foto P. Iglesias

El ayuntamiento ha construido una tarima o plataforma vallada que a la vez q protege al árbol facilita el acceso al mismo de los niños.


Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesia

Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesias

El Árbol de los Chupetes desde distintos puntos.

Foto P. Iglesias



Foto P. Iglesias


Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesias

Foto P.Iglesias

Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesias

Foto P. Iglesias



Cualquier árbol puede prestar ese servicio a padres e hijos, en esta ocasión han elegido al Photinia Serratifolia. 

Debe este arbusto que puede llegar a convertirse en árbol, el nombre de Fotinia  al brillo de sus hojas. 

Originario de Asa, es usado en exclusiva en jardinería por la belleza de sus flores y de sus hojas que cambian de color a lo largo de su vida.

En función  del cuidado que recibe puede pasar de arbusto a un árbol que llega a alcanzar los 8 metros de altura, el nuestro puede medir algo más de dos metros.

Las Photinias se introdujeron en Europa a principios del siglo XIX.

Foto P. Iglesias



El protagonista de hoy espera ofrecernos este novedoso servicio durante  muchas generaciones de nuestro niños.
Foto P. Iglesias


domingo, 20 de julio de 2014

La madera que nos despide.



   Los agradecimientos hacia los árboles, son realmente inabarcables, hoy vamos a tocar un tema ineludible pero tabú. En esta cultura en la que me ha tocado educarme, existen muchos temas intocables, proscritos y relegados al silencio. Uno de ellos es la muerte.

   De la vida hablamos y hablamos, sin pudor y muchas veces sin conciencia verdadera del milagro que supone cada respiración sana que hacemos. Sin embargo si hablas de la muerte puede ser que te miren con recelo, con miedo, con suspicacia. Incluso a veces se puede interpretar como un asunto morboso, del que hay que pasar de puntillas y rápidamente. Cuestión delicada, que puede herir sensibilidades, creencias, justicias y venganzas.

 Y sin embargo, nuestra actitud y nuestras razones importan poco, si algo hay seguro en la vida es la muerte, ya nos pongamos mansos o fieros; aquí no se queda nadie.

   Tal vez por haberme criado en contacto con la naturaleza vi con naturalidad que los seres que yo quería se iban para no volver.

   Bien entendido: naturalidad no implica falta de dolor en lo absoluto, ni tampoco morbosidad, naturalidad significa que lo veo como algo que forma parte de la vida, con independencia de mis sentimientos.

   El  propósito para tratar la muerte se limita al hecho de dejar patente el papel que los árboles juegan a nuestro favor a pesar de que nos mostremos sordos y ciegos a su generosidad..

     Con su mansedumbre, la madera y por ende los árboles, han ayudado a esos ritos que desde los albores de los tiempos los hombres llevan a cabo para despedir a sus seres más queridos.



     El primer combustible utilizado para incinerar fue y sigue siendo en muchos casos y culturas; la madera.






Al lado de esta forma de transportar nuestros cuerpos a otros misteriosos lugares, está la inhumación, palabra latina que tiene un significado para mi, conmovedor, "in" que singnifa en, y "humus" que significa tierra. Es decir en tierra, por eso utilizamos el verbo enterrar. 

No se sabe a ciencia cierta, o al menos, yo no tengo constancia fidedigna de ello, que las primeras inhumaciones se hicieran con cajas  madera, y sí en vasija de barro o cincelando hueco con perfil humano en enormes piedras (tumbas antropomorfa)



https://www.youtube.com/watch?v=WlIHhoSUukQ


Les dejo un link de una hermosa canción que evoca el rito precolombino, de guardar al difunto en una vasija de barro. 



Tanto al barro como a la piedra, en el rito de inhumación, se impuso la versátil madera.

Sarcófagos, féretros, urnas, ataúdes... todas esta palabras definen a una caja de madera que contine un difunto.

Y todos ellos confeccionados en madera que, en función de la capa social y capacidad económica de la familia del difunto, pueden ser más o menos costosa. Me resisto a utilizar en esta materia, la palabra "madera noble" porque todos nos igualamos ante la muerte y todos los árboles son, esencialmente, nobles.



Álamo

Caoba




Cedro






Pino



Roble



Son entre otros muchos, los nobles espíritus arbóreos  que ceden sus maderas para guardarnos en un desconocido sueño.

Muy lentamente, pero que muy lentamente, la clara inteligencia humana se va dando cuenta que la Tierra tiene "numerus clausus", es decir que tiene límites. Se sacrifican demasiados árboles para este fin sin que se repongan en la misma cantidad. 

Lo ataúdes biodegradables y la combustión por gas, pretenden ser una alternativa sostenible al problema medio ambiental provocado.

Con el tiempo veremos si las nuevas tendencias son capaces de aliviar la presión que siguen sufriendo los árboles a costa nuestra.

Existen otras formas de hacernos desaparecer, pero me ciño a estas dos por ser las más populares y conocidas a lo largo de la historia y las que precisan la colaboración ineludible de la madera.