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domingo, 26 de mayo de 2013

Creciendo a pesar de todo

Pinus pinea, o pino piñonero, ese es el nombre de nuestro valiente protagonista que trata como puede de solventar el problema de la vaya que le impide crecer como quisiera.



Cuando le vi esos goterones de resina caer, sentí que eran sus lágrimas.






A pesar de todo el pino sigue creciendo y se muestra sano y vigoroso.


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Ya de pequeña cuando veía esas gruesas, transparentes y ambarinas gotas de resina pensaba que eran lágrimas del árbol que lloraba por alguna pena. Me extraña, eso sí, que no fueran saladas como lo eran mis lágrimas. 
Cuando  yo  era niña percibía las cosas como parte de mi, gatos y árboles eran como yo, o yo como ellos, la aculturación me enseñó a distinguirlos como otras especies y además inferiores. Afortunadamente los años han hecho que recupera el sentir de que gatos, árboles y demás seres somos integrantes de un mismo ente.